Por: Adolfo Granadino FARIAS
En los últimos 30 años le desgarraron sus fortalezas: Le privatizaron el Aeropuerto Internacional "Jorge Chávez", le desmantelaron la CPV, una de las más desarrolladas y modernas navieras de Sudamérica, le privatizaron la más grande refinería de petróleo del Perú, le maniataron al SIMA, le privatizaron el puerto más importante del Pacífico Sur y que ocupaba el 5° lugar en América Latina y el Caribe y se encontraba dentro de los 100 puertos más importantes del mundo, le arruinaron el más grande balneario del Perú que contaba una vasta infraestructura en Ventanilla, terminaron con la más importante y desarrollada industria pesquera, igualmente con la metalmecánica (Astilleros) la dinámica industria del calzado, parte de la industria automotriz (Toyota en Ventanilla) y la emblemática cervecería Pilsen Callao.
Todas estas grandes empresas contaban con un importante conglomerado industrial de proveedores como MORAVECO y un universo laboral de primer orden. Pero el modelo económico neoliberal, ay, siguió jodiendo; apuntaba en otra dirección con el acomedido y “desinteresado” apoyo de los gobiernos de estos últimos años y la complicidad de las autoridades chalacas, donde los principales ya están presos y, los bien blancos cuellos de su poder judicial brindando sus servicios a la carta.
Siendo entonces tan mugre el pasado reciente, empecemos mejor rindiendo un sincero homenaje a los gloriosos orígenes de ese suelo espectacular bañado por el Pacífico, protegido por su Isla San Lorenzo que la acompaña su pequeño archipiélago y sus acariciantes vientos. Es así, parece ser el mejor y sincero homenaje al Callao en su 184 aniversario, de aquel 20 de agosto donde le pusieron pantalones largos a este gran puerto que debería construir y liderar en esta destacada costa de este Océano, como lo destacó el Gran Mariscal Santa Cruz.
En la colonia que duró tres siglos, en sus comienzos se le llamaba al Callao el puertito de Lima, luego fue el principal puerto de los dominios de la Corona española en el Pacífico, por aquí salió todo el oro del cuarto del rescate de Cajamarca, que hasta hoy se sigue llenando, claro, ahora para otros rumbos.
Y, también ahora sale la mayor cantidad de droga proveniente del VRAEM, que han hecho de este terminal marítimo su puerto natural ya que goza del consentimiento de los que les corresponde la vigilancia portuaria y que son designados por el gobierno; parece ser que todo está matemáticamente calculado, sincronizado y proyectado para el corto, mediano y largo plazo. En este rubro hay permanente consenso, por eso el negocio marcha de maravillas gracias a tantos colaboradores, sino pregúntenle al chofer, al policía de la esquina, al vigilante de la entrada, a los almacenes privados, al juez de turno, etc. y etc. Al decir de hoy, es la “cadena de pagos” más extraordinaria que existe en el Callao.
Sólo para comparar épocas comentemos: En la Av. Elmer Faucett y frente al Grupo Aéreo N°8 de la FAP, se encuentra la sede del Gobierno Regional del Callao. Ese edificio no lo construyó el GRC, lo encontró construido en medio de un complejo industrial. Era la principal planta de MORAVECO. Ese fabuloso edificio lo tenía todo, es que fue una gran fábrica metal mecánica para línea blanca y automotriz. UBICADO EN EL CALLAO. Hasta amoblado estaba y pertenecía al Estado. El flamante presidente sólo fue a poner su poto en el acolchado asiento junto a un espacioso escritorio con panorámicos ventanales.
Pero mejor continuemos en ese glorioso pasado… El historiador, Francisco Quiroz, registra en su libro “Historia del Callao”: En 1862 un informe del administrador de la aduana, Francisco Carassa, dirigido al ministro de hacienda; entre otros detalles decía: “El puerto del Callao no en balde ha sido colocado por la mano providencial de la naturaleza en el centro de la América meridional, del lado que bañan las aguas del Pacífico, en un punto casi equidistante del istmo de Panamá y de los confines de la Patagonia. No en balde presta en todas las estaciones del año un seguro abrigo a las naves que se acogen a su seno. No en balde es de un clima benigno, templado favorable y propicio al extranjero que no encuentra allí esas devoradoras epidemias que mantienen desolados y llenos de espanto los puertos que se aproximan a la fatal línea del Ecuador. El puerto del Callao por esas muy privilegiadas y muy especiales circunstancias está llamado a ser el más importante centro mercantil de este continente”.
La visión política de ese estadista de 1836 a sólo 15 años de la independencia puso en evidencia su capacidad visionaria geopolítica y económica. Todo el litoral de la Lima Metropolitana desde Magdalena hasta La Punta decidió que fuera Callao el titular y con autonomía política solo se reportaría al gobierno central. Hecho único en el Perú, hasta hoy. El objetivo estratégico era que el Perú y su puerto cuya equidistancia entre Panamá y Magallanes se obligaba a ser el líder portuario del Pacifico Sur. Pero saben qué, hay ingratitud. No hay una sola calle o una plaza que lleve el nombre de ese Gran Mariscal Andrés de Santa Cruz.
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