POR: CESAR CORRALES DEGREGORI
Una generación que reclama justicia es la que vemos a diario en las calles, en las pantallas, en las playas en todas las esferas sociales de nuestro país (son los drogadictos y alcohólicos que deambulan cual fantasmas)
Pertenecemos a un país multifacético en todos sus planos y formas, en todos “sus reinos”: animal, vegetal, mineral y humano.
Pertenecemos a un país multifacético en todos sus planos y formas, en todos “sus reinos”: animal, vegetal, mineral y humano.
Lo que ensombrece el presente y el futuro de nuestro país es la actitud del reino humano que mal usa y destruye a todos los demás “reinos” envileciendo su propio reino humano.
No es posible que quienes se otorgan el mando social, democrático no asuman sus responsabilidades frente al consumo y comercialización de las drogas y el alcohol; ante una generación nacida en medio del infierno que significan las drogas y el alcohol.
Se expone a las nuevas generaciones a contaminarse de estos vicios fácilmente, para beneficiar a truhanes e indolentes e irresponsables ante la mirada de quienes deberían combatir este flagelo, tendríamos que pensar que podrían ser compinches de estos demonios.
El poder asumido por generaciones en nuestras sociedades que hacen la vista gorda ante las víctimas de este flagelo que se acrecienta al correr del tiempo.
Ni siquiera asumen responsabilidad alguna por lo menos creando procedimientos y entes que regeneren a estas víctimas, empleando las economías incautadas para cualquier otro fin y más bien se dedican a crear procedimientos represivos cual cortina de humo pues la corrupción se acrecienta en todos los niveles sin llegar a acudir a ninguna víctima que se convierten en seres indefensos y se crea el clientelismo para beneficio de quienes distribuyen estos elementos como es la droga y el alcohol; tenemos que considerar que los niños y las generaciones que vendrán están sentenciadas por nuestra generación a caer en las garras mortales del alcohol y las drogas.
Es así que escuchamos y leemos noticias que al incautarse pequeños y grandes volúmenes de estupefacientes y alcohol así como propiedades, inversiones y capitales son distraídos en cualquier otra misión menos en la de cumplir con paliar en algo la desgracia de quienes nacen en un medio tan hostil.
Desde estas líneas no azuzamos ni nos santificamos solo pedimos tratar el tema con responsabilidad haciendo una mea culpa y crear los organismos necesarios para atender a esta gran masa humana que se viene acrecentando cada día más y más, dada la impotencia demostrada y mejorar así la calidad de vida de estos seres humanos que no pidieron nacer en medio de este tipo de riesgos fatales.
No es posible que quienes se otorgan el mando social, democrático no asuman sus responsabilidades frente al consumo y comercialización de las drogas y el alcohol; ante una generación nacida en medio del infierno que significan las drogas y el alcohol.
Se expone a las nuevas generaciones a contaminarse de estos vicios fácilmente, para beneficiar a truhanes e indolentes e irresponsables ante la mirada de quienes deberían combatir este flagelo, tendríamos que pensar que podrían ser compinches de estos demonios.
El poder asumido por generaciones en nuestras sociedades que hacen la vista gorda ante las víctimas de este flagelo que se acrecienta al correr del tiempo.
Ni siquiera asumen responsabilidad alguna por lo menos creando procedimientos y entes que regeneren a estas víctimas, empleando las economías incautadas para cualquier otro fin y más bien se dedican a crear procedimientos represivos cual cortina de humo pues la corrupción se acrecienta en todos los niveles sin llegar a acudir a ninguna víctima que se convierten en seres indefensos y se crea el clientelismo para beneficio de quienes distribuyen estos elementos como es la droga y el alcohol; tenemos que considerar que los niños y las generaciones que vendrán están sentenciadas por nuestra generación a caer en las garras mortales del alcohol y las drogas.
Es así que escuchamos y leemos noticias que al incautarse pequeños y grandes volúmenes de estupefacientes y alcohol así como propiedades, inversiones y capitales son distraídos en cualquier otra misión menos en la de cumplir con paliar en algo la desgracia de quienes nacen en un medio tan hostil.
Desde estas líneas no azuzamos ni nos santificamos solo pedimos tratar el tema con responsabilidad haciendo una mea culpa y crear los organismos necesarios para atender a esta gran masa humana que se viene acrecentando cada día más y más, dada la impotencia demostrada y mejorar así la calidad de vida de estos seres humanos que no pidieron nacer en medio de este tipo de riesgos fatales.
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