Como medio de comunicación estamos atentos a las alertas que da la propia ciudadanía y sus organizaciones, sobre todo cuando de por medio está el salvar vidas humanas. En este caso queremos ser caja de resonancia de un llamamiento realizado por el Frente Nacional de Pesca que ha abogado por más de 25 mil personas que podrían quedar atrapadas de producirse en nuestro país un tsunami.
¿Qué es lo que advierte el Frente Nacional de Pesca? Que en el Callao, es decir a las puertas de la capital de la República, existe una zona muy vulnerable frente a un terremoto y posterior tsunami. Se trata de la urbanización Sarita Colonia y siete asentamientos humanos más, sin contar a miles de trabajadores que laboran en las pesqueras del lugar, en los almacenes y las fábricas que se multiplican en estos espacios del primer puerto del país.
La causa del peligro es la construcción de una muralla de varios kilómetros de extensión, con una altura de tres metros, un alambrado de púas y un cerco eléctrico. El supermuro circunda el terreno recientemente expropiado y reservado para la ampliación del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, adyacente a la avenida Néstor Gambetta. El problema está en que ese gran número de personas no podría escapar a un tsunami, mucho más cuando solo habría quince minutos para salir del peligro.
Tengamos en cuenta que de la playa de Ventanilla al nuevo cerco construido hay un promedio de dos kilómetros. Es decir se trata de una zona poblada y vulnerable, por lo que las autoridades nacionales y regionales deberían establecer pronto las medidas pertinentes para salvaguardar la vida de niños, personas de la tercera edad y discapacitados, incluso cuenta desde ahora la señalización adecuada de las rutas de escape y la preparación de los vecinos, pues de no hacerlo va a ser muy difícil que se pongan a buen recaudo una vez producido el terremoto y tsunami, y peor si el epicentro fuera con las características de los sismos producidos últimamente en Japón y Chile.
La gran tarea es cómo hacer que, llegado el caso, miles de personas puedan sortear ese enorme cerco, una verdadera muralla que las dejaría a merced del mar embravecido por un terremoto. No olvidemos que somos un país con alto riesgo sísmico y que la prevención nos puede evitar muchos problemas mayores, cuando no fatales.
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